Vol. 7 Núm. 1 (2022): Pueblos originarios, capitalismo y relaciones de poder en América Latina
Las relaciones sociales en Latinoamérica están cimentadas en asimetrías de poder procedentes del (mal) encuentro colonial. La conquista del “nuevo mundo” ha marcado el surgimiento de una matriz de dominación estructurada por el racismo y alimentada por el capitalismo. El racismo surge así, como condición para la explotación de los territorios y de las poblaciones que lo habitan (Quijano, 2000), de esa forma, se constituye como el eje transversal de la reproducción de las prácticas coloniales que se perpetúan en la sociedad brasileña y latinoamericanas actuales.
Los pueblos indígenas a lo largo de los 520 años de expoliación, ven sus tierras y territorios transformarse en mercancía, sus ríos convertirse desagüe (Krenak, 2015) y sus cuerpos subyugados a los intereses del capitalismo colonial. El Estado brasileño, desde los principios de la República, se caracterizó por promover y financiar frentes de expansión económica bajo la bandera del desarrollo (Velho, 2013). En el camino de esos frentes estaban y están las poblaciones indígenas que vienen siendo exterminadas, desplazadas y constreñidas a trabajar bajo condiciones humillantes, incluso con el respaldo de las instituciones gubernamentales. Otras poblaciones, han elaborado estrategias para apropiarse de la arquitectura de la dependencia (Turner, 1991) con la intención de afirmar cierta autonomía económica y política.
Sin embargo, estudios clásicos de las ciencias sociales han omitido, con cierta frecuencia, las relaciones de poder que atraviesan la organizaciones sociales, económicas y espirituales de los pueblos originarios, en favor de una visión a-histórica y algo esencialista de esas sociedades, analizándolas bajo una mirada de su “alteridad radical”. Más allá del concepto de alteridad, Fabian (2006) apunta la noción de “otredad” (otherness) como más apropiada para pensar la alteridad no como una visión reflejada de sí mismo, pero historizada, como producto de violencias y asimetrías de poder, resultado del colonialismo. La “otredad” se refleja en las representaciones de esas poblaciones, que se ven, ahora como icono sublime de la simbiosis entre hombre y naturaleza, o como aculturadas, absorbidas por las sociedades nacionales y el sistema capitalista. Esas representaciones impregnan el pensamiento nacional, en el que la historia de los procesos coloniales y las respuestas y estrategias políticas y económicas de esas poblaciones tienden a ser borradas.
Desde esta perspectiva, este Dossier recibió artículos basados en trabajos etnográficos o históricos que consideren los indígenas “de carne y hueso” (Ramos, 1994) y que aprehendan las relaciones de poder que atraviesan la formación y afirmación de esas poblaciones; artículos que aborden tanto la perspectiva etnográfica como histórica: 1) las relaciones sociales de trabajo; 2) estrategias políticas y de manejo ambiental; 3) resistencias y autonomías territoriales, que afecten a las poblaciones indígenas del continente americano.